Haría, uno de los pueblos más pintorescos y hermosos de Lanzarote, fue el lugar que eligió César Manrique para pasar los últimos años de su vida. Entre palmerales y casas blancas, y en medio de una antigua finca agrícola, se sitúa la que fue su vivienda hasta el año 1992, año en el que falleció.

Se trata de un caserío de labranza, que el artista adquirió en la década de los ochenta. Se encontraba prácticamente en ruinas por aquel entonces, pero César comenzó pronto con las obras de rehabilitación. Aunque la casa refleja la arquitectura popular y tradicional de Lanzarote, el artista consiguió darle una visión moderna, donde prima la estética y el buen gusto. De esta forma, la vivienda aún transmite la creatividad del pintor, manteniendo en todo momento la ambientación original.  

La casa, integrada de forma armónica con la naturaleza, ocupa una superficie construída de 1100 metros cuadrados, repartidos en diferentes estancias diseñadas por el artista, entre ellas dos grandes patios. Una de las salas que despierta mayor interés es el taller, donde el artista pintaba diariamente, y que se mantiene intacto. Prueba de ello, es que allí aún permanecen trabajos inacabados, mesas con dibujos, notas inconclusas, libros a medio leer…Justo aquí, en este rincón emblemático de la casa, puede escucharse además una pieza de audio con la voz de César, hablando de su infancia, y de su obra creativa.

La terraza-piscina es otro de los lugares más singulares de la vivienda, en la que sin duda, encontró la tranquilidad y la armonía que reflejaba en cada una de sus obras. 

Recorrer la vivienda es también conocer los gustos y preferencias del artista, a través de más de 1500 objetos, entre ellos, algunas sus obras de arte y piezas artesanales a las que César dió un estilo único.   

La vivienda fue declarada Bien de Interés Cultural en 2003. Una década después, en agosto de 2013, se abrió por primera vez al público, coincidiendo con el 25 aniversario del fallecimiento del artista. Esta apertura como casa museo fue un proyecto de la Fundación César Manrique, para dar a conocer así la faceta más íntima y personal de César.  

Las entradas a la casa pueden adquirirse allí en la taquilla. Desde aquí te animamos a que visites este precioso rincón de Haría que, sin duda, te hará redescubrir y conocer más en profundidad al artista que cambió para siempre la forma de ver y entender Lanzarote.  

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