Desde siempre el Carnaval ha sido una de las fiestas más populares en Canarias que ayudaba a los habitantes de las islas a olvidar durante unos días las penurias y escasez y permitirse algunos excesos antes de entrar en el periodo de penitencia impuesto por la Cuaresma en la tradición religiosa.

En la actualidad los festejos de las islas capitalinas centran la atención de los medios de comunicación pero hay otros carnavales que sacan a las calles ritos y costumbres que hunden sus raíces en tiempos muy remotos.

En Lanzarote se desconoce la fecha exacta del comienzo del carnaval, pero una de las teorías más extendidas lo sitúan allá por el siglo XV con la llegada de los conquistadores españoles a la isla, aunque lo cierto es que a día de hoy no hay ningún documento histórico que lo confirme.

¿Quieres conocer algunas curiosidades sobre la historia y las tradiciones del carnaval en Lanzarote?

Si atendemos a los testimonios y relatos de la memoria popular y de nuestros mayores, las referencias más antiguas que se tienen sobre el carnaval hablan de grupos que salían a la calle disfrazados usando para pintarse la cara un corcho quemado.

En las casas se preparaba comida y bebida para compartir con aquellos visitantes que querían parar a tomar algo y disfrutar de la música y  el baile. Era habitual que los propietarios de los barcos regalaran pescado entre los lugareños y por eso nunca faltaba por estas fechas un sancocho, plato típico de la gastronomía local  en cada casa.

Una de las tradiciones más características de  los carnavales de Lanzarote desde sus inicios era la música de los “foritos” o acordeones en las parrandas marineras y también la figura de los bucheros, aquellos marineros que recorrían las calles de Arrecife durante los Carnavales vestidos con ropas campesinas antiguas, cintas de colores y caretas de rejillas, y provistos de vejigas de pescado hinchadas con las que correteaban y golpeaban a los que se encontraban por el camino.

Los carnavales fueron prohibidos en la isla en la Guerra Civil y no se recuperó la tradición hasta el año 1963 cuando, bajo el nombre de La Parranda de Los Buches, se formalizó el primer grupo en la isla que aún hoy en día,  continúa abriendo cada año el coso del carnaval de Arrecife.

Otra de las representaciones ancestrales en Lanzarote muy ligada a la tradición la tenemos en los carnavales de la Villa de Teguise cuya seña de identidad son los Diabletes, unas figuras en las que se mezclan creencias aborígenes, castellanas y moriscas y cuyas primeras menciones escritas datan de la primera mitad del siglo XVI. La figura del diablete aparece encarnado en el macho cabrío, símbolo de virilidad y fecundidad, de igual forma que lo era el carnero en la isla del Hierro y más tarde los buches de Arrecife.

La vestimenta se compone de un pantalón y camisola blanca pintada con rombos rojos y negros, y vistosas máscaras de cabeza de toro en la que destacan los enormes cuernos de macho cabrío y las lenguas rojas.

Los participantes van ataviados con sus ‘disfraces’, cencerros y una ‘porra’ con la que amenazan  y “golpean” a los viandantes.

Si estas en la isla por las fechas de carnaval aprovecha la oportunidad para disfrutar de la música, el colorido y el ambiente de nuestras fiestas de carnestolendas. 

 

Imagen de portada: Memoria Digital de Lanzarote

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