Cuenta la historia que los camellos llegaron a Lanzarote amarrados a una embarcación. Fue en 1405 cuando los camellos procedentes de África venían amarrados en el lateral de los barcos porque resultaba peligroso que viajaran a bordo. Eran capaces de aguantar todo el viaje porque almacenaban el aire en sus 4 estómagos. 

Tanto la biología como el diccionario determinan que en Lanzarote debería utilizarse la palabra dromedario (porque sólo tienen una joroba), pero lo cierto es que en Canarias se ha utilizado tradicionalmente el término camello.

Adquirió tal importancia en la isla que en la década de 1940 había en torno a unos 3000 camellos censados. Hoy en día se encuentran en Yaiza los más de cuatrocientos camellos lanzaroteños, y viven del turismo. Sin embargo,  esta es una actividad reciente para ellos ya que durante años el camello fue el ayudante perfecto para los habitantes de Lanzarote. 

No sólo araban la tierra, también se encargaba de trasladar los productos del campo a Arrecife para que, desde allí, se enviarán al resto de las islas. Transportaban cebollas, sandías o batatas de Lanzarote. Eran capaces de transportar mercancías equivalentes a su propio peso. Es decir, si un animal pesaba 300 kilos podría llevar otros tantos a cuestas. Fue el compañero del campesino lanzaroteño durante años. 

 

 

El paisaje de La Geria se debe en gran parte al trabajo desarrollado por estos animales, que ejercieron también como peones de construcción. Los gente mayor  todavía recuerda cómo los camellos llevaban el agua a las casas, antes de que existiera la red de abastecimiento, o cómo ejercían de taxi cuando un enfermo necesitaba la presencia de un médico en cualquier rincón de la isla.

Son animales capaces de sobrevivir en condiciones de extrema aridez, sin beber durante semanas. Por eso, entre otras cosas, en África el sobrenombre de “barcos del desierto”. Lo normal es que consuman unos 16 litros de agua al día, aunque pueden pasar días y días sin beber. En esos casos tomarían agua de partes del cuerpo de las que otros animales no pueden hacerlo. Retienen agua de su propia orina. Además son animales que no sudan y son capaces de movilizar la grasa del cuerpo para sacar agua. 

Otro de los beneficios obtenidos de estos animales fue la leche de camella, una leche rica en nutrientes y vitamina C que se utilizaba para curar anemias y tuberculosis. También se aprovechaba el cebo de su joroba para curar esguinces y torceduras.

Con la llegada de los vehículos a motor y el desarrollo del sector turístico se dejó de lado el campo y esto provocó la desaparición de los camellos en el mismo. Fue en los años 60 cuando los camellos se incorporaron como reclamo turístico en las inmediaciones del Parque Nacional de Timanfaya.

Hoy en día se encuentran en el echadero de los camellos desde donde diariamente adentran a los turistas en la zona de las Montañas del Fuego.

 

Fotos:
  • pellagofio.com
  • agrolanzarote.com
  • ecoticias.com
  • datosdelanzarote.com
  • elguialocal.es

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