Además, es una isla cubierta de rocas volcánicas y en sus costas predominan las playas de arena fina. Aunque con estos antecedentes pudiéramos pensar que la isla carece de vegetación o que esta es prácticamente inexistente, no es así. La flora de Lanzarote está constituida por un variado número de especies que recorren la geografía insular. En la estación invernal es cuando las montañas de Lanzarote se cubre de un color verde poco habitual y que resulta muy llamativo. Al igual que en primavera cuando los campos se ven salpicados por las coloridas inflorescencias de las distintas flores que crecen en el campo lanzaroteño.

En la isla se puede distinguir un primer piso de vegetación que normalmente está asociado a las zonas costeras, y que contiene especies que se adaptan fácilmente a las condiciones extremas de insolación y salinidad. Entre estas especies encontramos la aulaga, el mato y la uva de mar.


En el piso superior destaca la conocida Palmera Canaria. El principal palmeral de la isla se encuentra en Haría, pueblo conocido como “Valle de las mil Palmeras”.

Como podemos ver, Lanzarote cuenta con una riqueza floral muy importante en cuanto a endemismos y es por ello que la isla es muy interesantes para los amantes de la botánica en particular.