Lanzarote cuenta con varias tradiciones artesanas, una de ellas es la cestería, a la que hoy hemos querido dedicarle este artículo.
La artesanía de la isla de Lanzarote se caracteriza primero por la escasez de recursos con la que ha contado la isla y, segundo, porque se relaciona íntimamente con la vida diaria y la actividad agrícola y pesquera que primó en Lanzarote durante años. Aprovechaban los recursos materiales existentes (barro, palmera…) y creaban los útiles necesarios para el trabajo, el almacenamiento, el folklore o incluso la vestimenta.
La cestería en Lanzarote
Nuestros antepasados utilizaban todo tipo de fibras vegetales para las labores de cestería. Entre ellas destacaban el junco, la palma, el palmito y la paja de centeno. De la palmera se aprovechaba el pírgano para hacer cestas. De la hoja de palma se obtenía la empleita, que servía para elaborar sacos, esteras y alfombras. Y el palmito se utilizaba para hacer sombreros y bolsos.
Como puede verse de la palmera aprovechaban casi todo y eran capaces de transformar esas hojas de palma en múltiples utensilios.
Con el paso de los años estas tradiciones se han ido perdiendo y cada vez quedan menos artesanos en la isla que se dediquen a la cestería.

Eulogio Concepción, el cestero Lanzaroteño
En Haría podemos encontrar al señor Eulogio Concepción, un hombre que ha dedicado su vida a esta interesante labor. Tiene su taller a unos metros de la Casa-Museo de César Manrique y es habitual verlo allí trabajando en sus cestos.
A sus 86 años sigue dedicando sus ratitos en el día a crear estas maravillas que son muy apreciadas por extranjeros y locales.
Su historia con la cestería comenzó cuando tenía 18 años, aprendiendo de su padre todo sobre este oficio. Además, se dice que es la única persona en el pueblo de Haría que puede presumir de conocer todas las palmeras de la zona ya que ejerció de medianero durante años.
Recuerda con cariño que la primera cesta que hizo fue para don José Lasso, que quería para ponerla sobre sus burros, y desde ahí ya sus cestas se fueron haciendo conocidas y era raro la casa de la zona que no tuviera una.
Con bastante tristeza el señor Eulogio ha comentado en alguna entrevista que le han hecho que hoy en día es imposible seguir con la tradición cestera ya que preferimos el plástico, y no sólo eso sino que no estamos dispuestos a pagar lo que vale el trabajo y la calidad de una cesta hecha a mano.
Es una historia que se repite día a día no sólo con la cestería sino con los diferentes productos artesanos. La realidad es que actividades actividades como esta acabarán desapareciendo, sin nuevos cesteros que la continúen.
Homenaje a una vida dedicada a la cestería
El 26 de Enero de este año, el municipio de Haría quiso rendir homenaje al señor Eulogio y desde entonces cuenta con una escultura que homenajea su labor. Agradeciendo su esfuerzo y constancia para evitar que uno de los elementos más característicos del patrimonio cultural del municipio desaparezca.
Fotos:
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