La ilustre Villa de Teguise, la antigua capital de Lanzarote, es de esos lugares que nada más llegar te transportan a otra época. Sus adoquinadas calles siguen guardando el encanto que por antaño hicieron que este pueblo fuera lugar de encuentro de todos los lanzaroteños.
Hoy te traemos una ruta a pie por los lugares de interés que te llevarán a conocer mejor el pueblo de Teguise. El cual fue declarado en los años ochenta conjunto arquitectónico histórico-artístico.
Teguise es un lugar que guarda mucha historia. Antes de la llegada de los conquistadores, esta zona se conocía como la Gran Aldea de Acatife. Su localización, que le procuraba resguardo de las incursiones piratas hizo que fuera declarada capital de Lanzarote. Pese a su situación, no pudo evitar varias invasiones de piratas que muchas veces acababa con incendios, saqueos y destrucción del patrimonio. En lo alto de la montaña de Guanapay, se construyó el Castillo de Santa Bárbara, una fortaleza desde la que se divisaba gran parte de la costa isleña. Actualmente, este lugar acoge el museo de la piratería.
Pero situémonos en el pueblo. Vamos a empezar nuestra ruta por el Convento Santo Domingo. Fundado en el siglo XVIII, se aprovechó la estructura de una iglesia del siglo XVII para fundar la orden de Santo Domingo. Se prolongaba hacia la izquierda pero esta parte la ocupa hoy el Ayuntamiento de Teguise, en el cual se pueden observar vestigios del pasado. Hoy la iglesia se ha reconvertido en sala de exposiciones y eventos.
Una vez salimos del convento, tomamos mano izquierda hacia la calle José Betancort y cuando llegamos a la calle León y Castillo volvemos a girar a la izquierda hasta llegar a la plaza de la Constitución o la plaza de los leones como es conocida popularmente, ya que justo delante del Palacio Spínola encontramos dos estatuas de leones. Está plaza invita a sentarse y disfrutar de las vistas a la iglesia de Guadalupe. Su construcción comenzó en el siglo XV y al ser la principal iglesia de Lanzarote en ella se guardaban los mayores tesoros. Este hecho provocó que fuera asediada en diversas ocasiones por los corsarios que arribaban a la isla, incluso llegando a incendiarla junto con parte del pueblo. Fueron varios los incendios de esta iglesia, incluso alguno por el descuido de un monaguillo, pero siempre resurgía de entre las llamas gracias a las limosnas de los feligreses. Pues eran muchos los lanzaroteños que peregrinaban hasta allí y en Navidades era punto de encuentro para celebrar el nacimiento de Jesús.
En esta misma plaza encontramos el Palacio Spínola, una casa señorial del siglo XVIII de fachada rectangular y con grandes ventanales. Una joya de la arquitectura canaria que en los años 70 fue restaurado bajo la supervisión de César Manrique. Posteriormente fue adquirido por el Ayuntamiento de Teguise que lo convirtió en la Residencia Oficial del Gobierno de Canarias. El interior destaca por sus grandes salones y sus galerías, su decoración nos traslada al paso. Desde hace unos años el Palacio Spínola acoge el único museo del mundo dedicado al Timple. Aquí podrás ver hasta 55 muestras de este instrumento típico canario y algunos de sus derivados como el Ukelele o el Kora.
Salimos del museo para dirigirnos hacia la izquierda, en dirección a la Plaza Maciot Bethencourt, seguimos por la calle Correo y justo enfrente nos encontramos con el Archivo Histórico. Aquí se guarda el pasado de la Villa de Teguise, de Lanzarote y de Canarias. Conocida como la casa Perdomo, el ayuntamiento la restauró y la equipó con tecnología, ofreciendo desde entonces diversas actividades y atesorando y recuperando historias de la isla. Salimos y giramos por la calle Pelota hasta llegar a la calle de los árboles, sin duda todo un rincón con encanto de Teguise. Curvamos por la calle norte para llegar hasta la ermita de la Veracruz. Construida en el siglo XVII, el cristo de la Veracruz que la preside es llamativo para todo aquel lo ve, pues su cabello natural y su cuerpo de tamaño natural impresiona a todo aquel que lo ve. Se dice que su cabello fue donado por una feligresa en agradecimiento a una petición satisfecha.
Desde aquí tomamos la plaza Reina Ico hacia el centro, para dirigirnos a la plaza la Mareta. En el pasado esta zona se utilizaba para el almacenamiento de agua, pero a pesar de que fue declarada patrimonio histórico en 1976 hoy en día solo queda su toponimia.
Desde esta plaza nos dirigimos hacia un lateral de la Iglesia de Guadalupe, justo por el callejón de la sangre. Un callejuela que ha sido
testigo a lo largo de la historia de diferentes masacres, tanto por parte de los piratas como de los cristianos. Si seguimos caminando a mano izquierda tendremos la calle Herrera y Rojas, donde se encuentra el Palacio del Marqués, que antiguamente ocupaba una manzana y que dotó de un gran nivel económico a la Villa de Teguise. Desde el siglo XV hasta el XVII fue la casa del gobierno de Lanzarote, hasta que la invasión de Morato Arraez lo destruyó. Hoy en día, aunque ha sido restaurada, solo guarda algunos vestigios del pasado.
Si cuando venimos del callejón de la sangre, en vez de girar seguimos rectos, llegaremos hasta el Convento de San Francisco. Fue el primer convento establecido en Lanzarote en el siglo XVI. Actualmente, su interior acoge el museo de arte sacro.
Y aquí acaba nuestra ruta por Teguise. Te recomendamos perderte por sus callejones y descubrir su arquitectura, sus tiendas, sus restaurantes… Encontrarás numerosos monumentos por todo el pueblo que están dedicados a diferentes personalidades.
Una ruta por la Villa de Teguise que te transportará al pasado.